Era un año como cualquier otro… pero yo no pensaba repetir el error de 2023. El año anterior me quedé sin entrada para el Infrefest (o la quedada de Infrecuentes), y tenía claro que en 2024 no me volvía a pasar. Así que en cuanto salieron, compré la mía sin pensármelo dos veces.
Pasaron los meses y un día Susana, jefa suprema de La Corte del Tejón, me dice:
—“Oye, que tenemos trabajo con unos chicos de un canal de YouTube llamado Infrecuentes…”
Ella no los conocía, pero yo sí, y bien. Obviamente me emocioné. Así que no lo dudé: regalé mi entrada y me lancé de cabeza a los preparativos, sabiendo que este Infrefest iba a ser muy especial.
El Infrefest 2024 ha sido mucho más que un evento: ha sido una auténtica aventura medieval y fantástica que todavía sigo recordando con una sonrisa. Tres días de montaje, torneos, talleres, rol en vivo, encuentros con youtubers de la comunidad de Infrecuentes y momentos surrealistas que solo pueden pasar en un festival así.
Viernes: el inicio de la gesta
Todo comenzó el viernes, con la misión más épica de todas: ir hasta el almacén de Alquimistas de Acero a cargar armas de acero, armaduras, decoraciones y un sinfín de material (obviamente de épico no tenía nada, salvo lo de cargar y sudar como un héroe anónimo).
Con todo listo, quedé con mis compañeros y empezamos el montaje:
El photocall, donde luego pasarían cientos de personas.
La taberna medieval, ambientada como si fuera una posada de fantasía.
La zona de tiro con arco, lista para los torneos.
Y nuestra tienda medieval con productos de recreación histórica y LARP.
Fue duro, pero al terminar miramos todo con orgullo. Brindamos un poco, porque había que celebrarlo, pero sin pasarnos: el fin de semana prometía y necesitábamos fuerzas.

Sábado: entre espadas, monedas y mucha magia
El sábado fui el primero en levantarme. Moto en marcha rumbo a La Farga, desayuno tranquilo y unas stories para Instagram, porque el contenido también forma parte de la batalla.
Al abrir puertas, tocaba organizar los formularios de inscripción para las actividades. La programación estaba cargada:
Torneos de tiro con arco: con piques sanos que se notaban en cada flecha.
Clases de esgrima medieval: los participantes aprendieron lo básico, luego practicaron y acabaron presenciando una demostración con armas de acero que dejó boquiabiertos a muchos.
Taller de maquillaje y efectos especiales: cicatrices, heridas, sangre falsa y todo lo necesario para parecer salido de una batalla.
Rol en vivo y minijuegos en la zona de Dungeons & Dragons, donde regalábamos infrecoins a cambio de escenas improvisadas y desafíos.
Y en medio de todo esto llegó una de esas escenas que se quedan grabadas. Vestí a Hurona Rolera con un atuendo medieval y montamos una improvisación: ella me “mató” con una espada de LARP y yo caí al suelo tirando infrecoins. Nadie se atrevía a recogerlos, así que empecé a bailotear por el suelo como un juglar desquiciado. De repente apareció Wismichu (Isma) corriendo y comenzó a tirarme monedas como si fuera un stripper medieval. El público estalló en carcajadas, y yo acabé lanzando infrecoins por encima de todos. Fue un momento tan surrealista como inolvidable.
Momentos guays del #infrefest pic.twitter.com/KLZUFg2aXi
— 🌻Hurona Rolera🌻• la comunidad del anillo (@Hurona_Rolera) September 7, 2024
Además, otro puntazo fue coincidir con varios youtubers de la comunidad de Infrecuentes. Los había visto en el canal, pero tenerlos delante en las mesas de juego, poder charlar y compartir dinámicas con ellos, hizo que la experiencia fuera aún más cercana y divertida.
Domingo: la gran despedida
El domingo seguimos con actividades, talleres y torneos, pero también decidimos dar un paso más y montar nuestra propia Boss Raid improvisada. Invadimos la zona de actividades físicas, donde estaban los compañeros de Rift Walkers, y vestimos a Miguel con un espectacular traje de minotauro. Un montón de jugadores se unieron para luchar contra la criatura, y tras un combate lleno de risas y épica, lograron vencerlo.
Eso sí, en un giro inesperado y digno de cualquier partida de rol, el minotauro fue resucitado gracias al poder del veganismo… concretamente con un pepino mágico que levantó a la bestia entre aplausos y carcajadas. Fue uno de esos momentos surrealistas que resumen perfectamente el espíritu del Infrefest: improvisación, humor y comunidad.
Más tarde llegó otro instante muy especial: vestimos a Wismichu de samurái antes de su aparición en el escenario. Verle caracterizado y posar como un guerrero japonés fue un espectáculo en sí mismo.

Y llegó el momento de subir al escenario principal. El espacio era pequeño y la pobre Miare estaba algo asustada de que en medio de la acción acabáramos golpeando alguna pantalla (razón no le faltaba). Así que improvisamos: hicimos combates cortos, escenas rápidas, luchamos con algunos participantes y le dimos ese aire de show espontáneo que tanto disfrutó el público. Todo improvisado, sin guion, y con la adrenalina de no saber qué iba a pasar en cada segundo.
Finalmente, cerramos nuestra participación con el sorteo del photocall. Fue la guinda perfecta para un fin de semana lleno de épica, risas y comunidad. Ver la emoción de la gente esperando su turno y la alegría de los ganadores nos dejó con una sensación de cierre inolvidable.
Y, como todo lo bueno, también tocaba el final real: recoger. Fueron horas y horas desmontando todo lo que habíamos levantado el viernes. Nos quedamos hasta el último momento, junto a algunos miembros de Infrecuentes como Isma, Panda y Miare, que también seguían allí recogiendo. El cansancio era enorme, pero la satisfacción todavía más.
Un evento que deja huella
El Infrefest 2024 no fue solo un evento medieval ni una feria de rol en vivo. En realidad, su corazón estuvo en los juegos de mesa, los TCG y los universos fantásticos: desde partidas de Magic: The Gathering, Star Wars TCG o Pokémon, hasta largas sesiones de Dungeons & Dragons y un sinfín de mesas donde la gente pudo disfrutar de sus títulos favoritos.
Y ahí entramos nosotros, con la misión de aportar un ingrediente diferente: el rol en vivo, los talleres y la ambientación medieval-fantástica. Entre espadas, arcos, tabernas y monedas volando, conseguimos que muchos jugadores que venían por los juegos de mesa vivieran también una experiencia inmersiva, participativa y sorprendente.
Volvimos a casa cansados, sí, pero con la sensación de haber sido parte de algo irrepetible. Un evento que celebró la creatividad, la comunidad y la pasión por el juego en todas sus formas. Y ya estamos deseando que llegue la próxima edición.
Desde aquí quiero dar las gracias a Infrecuentes por invitarnos a formar parte del Infrefest y a Hara Amorós por las increíbles fotos.
Puedes ver el resto de imágenes en la galería oficial del Infrefest 2024.